El mundo de las aplicaciones móviles podría estar saturado. En estos momentos parece que existe una aplicación casi para cualquier cosa lo que provoca que destacar en este contexto sea una tare más compleja. No obstante, la aplicación FaceApp parece haber encontrado un camino de relevancia.
La tarde de este lunes, la mencionada aplicación se convirtió en tendencia dentro del mercado mexicano gracias al hashtag #FaceApp mediante el cual los usuarios subieron toda cantidad de imágenes que hacen alusión a la principal función de este software.
AL momento de la redacción de esta nota, la etiqueta se ubicaba en la primera posición entre las tendencias de Twitter con un total de 29.1 mil tweets.
cual es la original? pic.twitter.com/uDALBE0SXw
— Gustavo Escudero (@GusEscuderoOk) July 15, 2019
#FaceApp ya me vi! pic.twitter.com/c5YLEWZBLf
— Itzel Hernández (@IGHC0106) July 15, 2019
#FaceApp pic.twitter.com/iZ1gfkQhio
— Conflictuadito (@vivoalechuga) July 15, 2019
Lo que hay detrás de esta aplicación
La posibilidad de vislumbrar cómo podemos lucir al envejecer a cautivado a todo el mundo lo que ha provocado que el interés por utilizar esta app marque un pico de interés a la alza sumamente interesante.
No obstante, la también conocida como “filtro de viejito” es una app que ha estado envuelta en la polémica un tanto por su origen así como por el tipo de información que recaba y que puede ser utilizada por los grandes jugadores del mundo digital.
El origen
El programa fue creado en Rusia durante 2017 por el desarrollador Yaroslav Goncharov, quien ganó cierta popularidad gracias a un filtro de “belleza” que aclaraba la piel. El software, que permitía darle a los rostros un look asiático, indio, caucásico o negro, fue blanco de cientos de denuncias por racismo.
Tomando como antecedente esta última y polémica app, resulta importante mencionar que el rostro que permitida modificar los rostros para adoptar rasgos de ciertas etnias también fue acusado de “estafar” a los usuarios, ya que en los términos y condiciones de app (que pocos usuarios leen) se afirmaba que si esta app fuera vendida a algún otro desarrollador o empresa, también serían de su propiedad los datos recabados por el uso de la misma.
Esto es un asunto de trascendencia mayúscula si consideramos que aunque las aplicaciones suelen ser gratuitas, la gran mayoría de las veces los usuarios pagan el uso con información. En este caso, además de que FaceApp accede a datos de contactos y ubicación, por ejemplo, queda el registro de rasgos biometricos.
El riesgo
De esta manera, de acuerdo con los términos de privacidad entregados por FaceApp a sus usuarios, el software que ahora está de moda puede “compartir el contenido del usuario y su información con empresas que forman el mismo grupo que FaceApp. (…) Podemos compartir tu información, así como información de cookies, archivos de registro y datos de ubicación con terceros que nos ayuden a proporcionar el servicio”.
EL pago puede resultar muy alto si consideramos los últimos casos de filtración de datos y demás problemas de privacidad que se han asociado con el uso de apps de terceros.
Algunos analistas indican que al igual que sucede con otros “retos virales” como el #10YearsChallenge, detrás de estos movimientos pueden estar grandes empresas como Google, Apple o Facebook mismas que utilizan todas estas imágenes para entrenar a sus algoritmos inteligentes de reconocimiento facial y capitalizar de manera más puntual (y escalofriante) los datos que el consumidor voluntariamente decide entregar.
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